jueves, 26 de mayo de 2011

De momentos y de miedos...

En realidad, aterricé en el mundo del blog, sin casi una explicación... Después de tres entradas he decidido que, quizás, una miniguía, de mi misma, de mi momento actual, a nadie venga mal, en primer lugar, a mí.

Como ya os he contado, últimamente, las cosas fluyen "raro"... Período de inflexiones, de cambios... Es que yo siempre he creído que hay momentos en la vida de una persona, en la que todo gira, tu presente hace que cambies y, tu destino, sea diferente (quizás casi el mismo, quizás te alejas un poco y ves realmente lo que quieres o lo que buscas, quizás...). Concretamente, en mi historia, yo detecto dos:

1. El primero es el archiconocido momento post - fin de carrera, con su "¿y ahora qué?" En mi caso duró poco tiempo y fluyó hacia algo que, aunque no era exactamente lo que buscaba, me dio nuevos tiempos en la ciudad a la que llegué, con muchos sueños, a los 18 años y que me enamoró; me ofreció experiencia laboral en lo que acababa de licenciarme; y me trajo una estabilidad que, me hizo mucho bien pero que, al final se hizo rara, de tan precipitada...

2. El segundo lo estoy viviendo... Después de esa estabilidad que duró tres años llegaron cambios fuertes, seguidos y sin contemplaciones:
         
        El trabajo: a nivel personal, yo ya estaba muy cansada de lo nada que me aportaba levantarme todos los días, sentarme en la oficina, que nadie valorara lo que hacía, que además ya llevaban un tiempo mis dilemas morales (¿es esto lo que quiero por futuro? ¿la estabilidad que tengo no me deja ver? ¿de verdad podría seguir haciendo esto mucho más?). Así que, no me entristecí mucho cuando un día mi contrato se acabó y alguien dijo "eres estupenda, tómatelo como unas vacaciones, en un mes te queremos de vuelta". Sabía que quizás no fuese así, de hecho, salí con la convicción de encontrar algo mejor en ese período... ¿Lo encontré? Bueno, si y no... Me han llamado y no he vuelto... Trabajo por mi cuenta, con otra chica; y, si, es una liberación no tener otra oficina que mi casa ¿Es mejor? Si, lo es. Aunque hago algunas cosas similares, estoy aprendiendo a hacer otras que me compensan... Aún así, sé que es temporal, porque yo lo quiero temporal... Miedo 1: miedo a desviarme en el camino, sin darme cuenta, quedarme en el que estoy, sin más, y perder de vista mis sueños...

        El amor: ¡el amor! Bueno, después de algún tiempo de relación con una chica hetero (mi mejor amiga) (yo no sé como siempre acabo en las historias con más riesgos, ¡no lo entiendo!), me he dado de bruces con que yo no soy hetero... Un día, una simple canción hizo que todo cobrara sentido y que mi cabecita dijera "Amora, no eres una hetero que tiene una relación con otra hetero, además eso no existe; te gustan las chicas". Y, aunque suene simple, ya que la historia ya existía, fue un boom brutal/bestial; todo encajó con tal perfección que me tuvo semanas atontada, como cuando alguien da un golpe fuerte en un bombo, que retumba y retumba y retumba y no deja pensar... Miedo 2: miedo a no arriesgar en esto, a arriesgar y equivocarme, a amarla o a no y, absoluta y totalmente, miedo a perderla...

Hay más miedos, ¡no creáis!, son más pequeños, o no me impresionan tanto ahora, o están más escondidos, o este no es su momento... Miedo 1 y miedo 2 son complicados, a veces no me dejan pensar y otras solo pienso en ellos; pero estoy tranquila, porque, por el momento, camino poquito a poquito, pero no me paralizan, me dejan avanzar, aunque despacio... Con eso me quedo hoy...

*Amora*

2 comentarios:

  1. Pues por increible que parezca la primera parte de lo que has escrito soy tal cual yo, tras 4 años en una empresa se acabo lo que se daba, y agradecida estoy del fin de esa estabilidad y tambien estoy en casa trabajando por mi cuenta.. y que dificil se hace pero con calma...

    en cuanto al amor no puedo decir nada que no soy la mas indicada pero si te da miedo entonces es que merece la pena arriesgarse!!!

    un saludo

    ResponderEliminar
  2. Lo mejor de los blogs, la posibilidad de poder escribir y soltar aquello que necesitas para en cierto sentido poner orden en todo el cúmulo de pensamientos que te pueden surgir, y más en época de cambios.

    ResponderEliminar