martes, 28 de junio de 2011

Sonrisa, Naranja, decepción

Llevo poco tiempo aquí pero ya me he acostumbrado a que, cuando ocurre algo en mi vida, pienso en como escribirlo, como contarlo. Hoy, me siento delante del ordenador con el fin de “vaciarme”; ¡pero mi cerebro hace ruido por sí solo! Menudo fin de semana, menudo comienzo de semana; en positivo, en negativo,…

Este ha sido un fin de semana estupendo: muy buena compañía, sol, calorcito, río, familia, comida rica, concierto, artesanía,… ¡No se puede pedir más! Pero como las cosas cambian, así, sin más, en un segundo,… hoy alguien me ha decepcionado… Ella es Naranja y es mi compañera en mi aventura “empresarial”, un poco por casualidad… Nuestro contrato se acababa al mismo tiempo y, en ese momento, una bajada de producción, nos dejó a ambas en la calle. Como las casualidades, o el destino, o lo que sea, existe; en ese punto, alguien nos ofreció una subcontrata de algo que nos interesaba mucho… Ahí empezamos, casi sin pensarlo. Después de eso, vinieron otras cosas y cositas; y yo, que en ese momento podría haber volado a otros lugares que me interesaban mucho, que ella estuviera ahí, que fuera un viaje en compañía, pesó lo suficiente para que me decantara por esto… Y ahora, cuando esto comenzaba a avanzar, en medio del camino, en medio de la nada, coge un desvío y se va, y aún por encima, pretende convencerme de que sigue aquí; me deja tirada y yo me quedo con cara de tonta…

No entiendo nada, estoy en estado de shock, aún no soy capaz de ver el cómo afrontarlo, tengo ganas de gritar ¡mierda, mierda, mierda! Naranja es un encanto pero le pierde el dinero…

Me voy a dormir, mañana lo veré todo más claro… Lo que más rabia me da es pensar que, el buen rollito que tenía del fin de semana, se ha desvanecido…


jueves, 23 de junio de 2011

Cambios...

El verano ha llegado y, con el sol que se avecina, enclaustrarme en un armario-blog, no me parecía prudente (ni interesante, ni aprovechable, ¡ni nada de nada!). Así que, señoras y señores, chicas y chicos, se inaugura el período de la luz, de las gafas de sol, de las camisetas de manga corta, de claritas a las 10 de la noche en una terraza, etc, etc, etc.

Y, sí, algunas diréis, "Amora, este sol lleva quemándome un par de meses"... Pero.. ¡es que soy del norte! De ese que deja ver el cielo cuando él quiere; que, cuando le apetece, boom, llueve; del que hace que siempre salgas con paraguas y/o con chaqueta, "por si..."; de ese que no permite que yo, lapupascontensiónraraquesemareatodoelratoconelcalor, me caiga redonda... XD

Espero que este verde que os traigo, que me representa mucho mucho, con ese sol que se cuela o se intuye, me acompañe en un verano estupendo, del que espero cambios pequeñitos y algunos más importantes y, sobre todo, muchos momentos geniales por compartir.

Besos,

*Amora*

jueves, 16 de junio de 2011

Caminar...

Levantarme y verme en el puente. Acostarme, y dormir en el puente. Ir a la playa en el puente. Abrazar(te) en el puente. Quedar en el puente. Salir en el puente… Y sentir el viento suave que acompaña el regato que hay bajo mis pies.

Y mirar hacia atrás y ver el pasado. Hacia delante un futuro del que aún no es el momento. Y ahora, aquí, siento que no puedo ni quiero caminar muy rápido; que hay tiempos para todo y este es “el del puente”, el de avistar el futuro, ir viendo como se vuelve más nítido mientras me acerco, pero ir por este enrejado de tablas, sin apresurarme…

Hay veces que el desasosiego me puede, porque quiero correr hacia delante; otras, en las que siento (deseo absurdo) que viviría todo el tiempo en este lugar; algunas quiero tirarme al regato y que me lleve a otro sitio; … 

Y, aunque hoy saltaría, me dejaría empapar con el agua fría, y viajaría por ese regato a un lugar desconocido; en el fondo, sé que quiero caminar despacio por él, escuchar el sonido del agua contra las piedras, sentir el ruido de las hojas de los árboles que me esperan, en la orilla, al mecerse con el viento, respirar despacito y sentir el verde en mis fosas nasales, darme el tiempo necesario paseando sobre madera para ser capaz de, únicamente, reorientar parcialmente mi camino…

martes, 7 de junio de 2011

Absolutamente transparente

Hay cosas que se notan, supongo…

El otro día me senté a comer con Princesa (¡bautizada queda!), en un restaurante y, sin más, sin darme cuenta, cogí sus manos por encima de la mesa. Llegó el camarero:

Camarero: ¿Qué vais a querer para beber?
Princesa: Coca-Cola
Amora: Agua
Camarero: ¿Cómo?
Amora: A-gua
Camarero: ¿Cómo?
Amora: ¡A-GUA!

Amora: ¡No sé por qué, a veces, la gente no me entiende cuando hablo!
Princesa: ¿No te diste cuenta?
Amora: No, ¿de qué?
Princesa: No dejaba de observar nuestras manos, por eso me separé, para que recogiera sus ojos de la mesa y te prestara atención…

Me sonreí, le sonreí… A veces, las personas ¡somos tan ingenuas! Creyéndonos tan opacas y siendo tan transparentes a los ojos de los demás, sin darnos cuenta…


Y, con esto, recuerdo un grupo de Facebook, de esos que tienen gracia por tener más razón que un santo: “Follamig@s que se hacen novi@s y no quieren admitirlo” (la arroba no la lleva, pero ¡me parece de justicia!).

Besos,

*Amora*

domingo, 5 de junio de 2011

Mi casa, mi mundo...

¿De dónde eres, Amora? ¿Yo? De aldea.

Así lo digo, así lo siento…

Aunque esto no puede ser más verdad, la realidad es que hace ya algunos años (nueve), cuando estaba dando los últimos coletazos un mes de septiembre, cogí mis cosas y me fui a la ciudad (Miniciudad).

¿Por qué, para estudiar, no escogiste Granciudad, más próxima y con la misma titulación? Porque soy de aldea y Granciudad, a mí, no me deja respirar: los coches, la gente corriendo, los edificios altos, etc.

A Miniciudad, llegué cargada de ilusiones, era el momento del inicio de curso y yo tenía un sinfín de proyectos que podrían ser posibles en esa urbe; ya que, prometía, compañías estupendas, momentos perfectos, tiempos para todo.

Los años pasaron muy rápido, casi sin enterarme me vi con un título, con cinco años de experiencias marabillosas y con un futuro por organizar.

¿Y ahora qué, Amora? ¿Vuelves a Aldea? Uf, y yo que sé. Aldea es mi casa, mi familia, mi sitio, mi mundo; pero el tiempo ha pasado y creo que adaptarme a vivir en casa sería complicado…

De hecho, volví… quince días… El tiempo que tardaron en ofrecerme un trabajo de lo mío, en Miniciudad… Me fui a mi “otra casa”, feliz por la oportunidad… Como sabéis, ahí sigo…

Pero, Amora, ¿de dónde eres? ¿yo? De aldea. Y, entonces, ¿Qué haces en Miniciudad? Aprovechar la oportunidad que, hoy por hoy, me ofrece; pero siempre teniendo, Aldea, como un destino, a corto - medio plazo.

Y, ¿a qué viene todo esto?

Viene a que, actualmente, en Aldea, participo muy activamente en un proyecto que pretende su reactivación; que no muera por el abandono de la gente que, como yo, un día salieron a buscar otro mundo; con la pretensión de que consiga una repercusión social en el entorno que pueda llegar a generar puestos de trabajo en mi mundo, para revivirlo…

Viene a que, ayer, estuve en un congreso en el que se hablaba, de modo general, de mil maneras, de nuestro futuro y, si algo me da respeto es pensar que, un día, mi prioridad, no sea salvarlo. Por lo que, a veces, me descubro revisando mentalmente mi teoría, para ver si sigue vigente; para ver si, realmente, Aldea sigue en mi cabecita como mi CASA; para ver si sigo siendo la misma soñadora que quiere cambiar las cosas desde abajo, desde cerquita…

¿De dónde eres, Amora? Yo, de aldea, de Aldea. Aunque me encantan los días en Miniciudad...

Y tú, ¿de dónde eres?

*Amora*

P.D.: ¡Bienvenido, Junio!